A raíz del post que publicamos en EcoFinancial hace unos días sobre el aumento del crédito en la petrolera española Repsol, me ha parecido interesante realizar un análisis sobre el “matrimonio” existente entre la petroquímica y la constructora Sacyr.
Hay que recordar que Sacyr desembarcó en Repsol en octubre de 2006. La constructora, con la colaboración del Banco Santander y de Caja Madrid, logró un crédito de 5.175 millones de euros para entrar en el capital de la petrolera. Era la época de vino y rosas de los movimientos corporativos. De esta manera, se trató de una más de las sugerencias que se habían estado promoviendo desde la Oficina de Asuntos Económicos del Gobierno, dirigida por Miguel Sebastián, para que las constructoras diversificasen sus inversiones ante la crisis que se veía venir y cuyas riendas tomó en esa época David Taguas, actual presidente de la patronal Seopan.
Sin embargo, la época dorada de la construcción terminó y con el estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria llegaron los problemas de liquidez para la constructora de Luis del Rivero. La operación corporativa de entrada en Repsol no estaba dando el rendimiento que se esperaba, de los 26 euros por acción que pagó Sacyr, la petrolera a día de hoy cotiza en torno a los 18-19 euros. Por tanto, la constructora esperaba amortizar los intereses de su crédito vía dividendo, pudiendo superar sus problemas frente a las obligaciones que se le avecinaban.
¿Cuál es el problema? En este ejercicio, debido a las correcciones del precio del crudo y a pesar del descubrimiento de pozos petrolíferos, los resultados de la compañía dirigida por Brufau (hombre de la Caixa) han sido decepcionantes, y el consejo se plantea la reducción del dividendo.
Es en este contexto donde se ha producido la disputa “conyugal”, pues desde Sacyr exigían al menos que se mantenga en 1.05 euros por acción para hacer frente a los intereses de los créditos con las entidades financieras. Sin embargo, el Consejo de Administración de Repsol pretende reducirlo en torno, a un 18 %.
Hay que decir, que con este descenso no se reduce el payout (porcentaje de los beneficios que son destinados al dividendo), que seguiría siendo del 70 %. Por el contrario, Sacyr pretendía elevar dicho porcentaje 80-92 %.
Como observamos, la crisis matrimonial está servida y las consecuencias pueden ser graves porque no olvidemos que Repsol, forma parte de un sector estratégico. Y por tanto, desde Moncloa tendrán algo que decir sobre estos problemas. Tampoco hay que olvidar la amistad de Luis del Rivero con nuestro presidente, por lo que el duelo será interesante.
Finalmente, el Consejo aprobó por unanimidad reducir el dividendo ¿Han ganado la guerra? ¿Esconderá Luis del Rivero un as escondido en la manga? Desde EcoFinancial seguiremos el asunto de cerca.