El pasado 1 de enero se iniciaba la presidencia española en el Consejo de Ministros de la Unión Europea. Desde entonces, y hasta finales de junio España presidirá el Consejo y compartirá con el presidente permanente el desarrollo del Tratado de Lisboa.
A raíz de la presidencia española, diversos medios de comunicación ingleses entre los que destaca Financial Times asegurando que una España torpe guiará Europa. De otro lado, El FT ve “incomprensible” que la primera de las prioridades españolas sea el Tratado de Lisboa y advierte de que sería un “error” típico de la UE concentrarse en los matices institucionales en lugar de gestionar los problemas reales de los ciudadanos europeos, como la crisis económica.
Estas críticas son sin duda infundamentadas. Me explico, que precisamente un periódico ingles venga a dar lecciones de europeismo es cuanto menos curioso, porque habría que recordar a este medio de comunicación la postura de los sucesivos gobiernos del Reino Unido, en especial el presidido por “la Dama de Hierro” y el grave daño que infligieron a la integración europea.
FT se equivoca al asegurar que España debería dejar a un lado la aplicación del Tratado de Lisboa y centrarse en la recuperación económica. Digo esto, porque la aplicación del Tratado permitirá dar un paso más hacia la integración política de los 27, dejando de ser simplemente un conjunto de paises con los mismos, o no intereses económicos.
El Tratado de Lisboa que no quiere aplicar FT hará a la UE más democrática, pues el Parlamento Europeo adquiere más peso, y como ustedes saben es la institución con legitimidad más directa de la Unión ya que es elegida por todos los europeos.
Como se observa, las críticas de FT son oportunistas y sin fundamento, signo de una inequivoca precipitación a la hora de efectuar dichas valoraciones. Quizá sea otro más de los gestos ingleses contra la UE, pues no descubro nada si digo que nuestros “colegas” ingleses poco les interesa la política europea, pues están más preocupados de los dictámenes que vienen del otro lado del Atlántico.
De igual modo, FT debería aplicarse el refrán “consejos vendo y para mí no tengo” pues afirma que la “torpe” España guiará la política económica europea cuando su país invirtió el dinero de los ahorros de sus compatriotas en Islandia, todo ello debido a los enormes intereses que se prometían desde allí. Quizá a FT se le olvida esta cuestión, o quizá es que obvia que esta inversión lejos de ser arriesgada, era temeraria.
Sin embargo, ¿Cómo podemos osar dudar de la palabra de tan “prestigioso diario?